28 jul 2011

Nacidos para correr

¿Puede un corredor medianamente cuerdo seguir el ritmo que marcan los
locos que participan en competiciones de 180 km? He aquí las nuevas
reglas de un deporte que gana adeptos.
Ultrarun.es
En la tierra de los tíos súper-raros, el que tiene uñas en los dedos de los
pies es un mutante. Eso es lo que descubrí cuando llegué al Grand Targhee
Resort, a los pies de los montes Tetons de Wyoming, para participar en el
campamento “Badwater Ultramarathon Training Camp”. Durante los cinco
días siguientes, iba a trabajar con una docena de corredores de aventura y
atletas de resistencia extrema que se preparaban para la carrera más
temible de la Tierra: un recorrido de 217 kilómetros por Death Valley y la
ladera del monte Whitney bajo el despiadado sol del verano.
Pero a diferencia de los tíos realmente enfermos que había por allí –como
Toenail Ripper, el soldado de tropas de asalto, o Jungle Boy– a mí no me
interesaba correr 60 horas sin parar por un desierto en pleno julio. Ni me
planteaba hacerme perseguir por unos asesinos experimentados en un
pantano de Georgia, ni atravesar la Amazonia a pie esquivando jaguares y
aquellos peces de río finos como agujas que se te meten en el pene, ni
arrancarme las uñas de los pies para mejorar mis marcas en los
ultramaratones.

►La ventaja de ser extremo
Entonces, ¿qué podía aprender de estos tipos? Pues, para empezar, el
secreto para mantener un perfecto estado de forma toda la vida. Al fin y al
cabo, los corredores extremos se cuentan entre los atletas más resistentes
y mejor entrenados del planeta. Son maestros en aumentar la potencia del
motor sin reventarlo. La resistencia de verdad –ellos lo saben– no consiste
en aguantar durante una carrera de un día; se trata de mantener el tipo
durante años, antes del día de la carrera.
Bajo el aspecto lunático de estos “humanoides” (que corren por carreteras
tan calientes que las suelas se les funden), hay un impresionante fondo de
estrategia, nutrición e innovación. Han tenido que aprender hasta dónde
pueden castigar a sus cuerpos sin romperse, y cómo conseguir el máximo
rendimiento en el mínimo tiempo. Nunca llegarían a la línea de salida si no
supieran cómo entrenar durante meses sin lesionarse, y jamás cruzarían la
meta si no fueran expertos en el cuidado de los músculos y en motivarse.
Son lecciones que se pueden aplicar a todos los deportes, y para eso estoy
yo aquí: para ver cómo se lo montan los tipos que se enfrentan a una
carrera de tres días bajo el brutal sol del desierto, sin hacer lo que haría yo:
abandonar.

►Toma nota de las chicas
 
El día 1 empieza con Cameron Diaz, ascensiones con repetición y un
acertijo. Primero, la adivinanza: casi todas las mujeres acaban la
“Ultramaratón Leadville Trail 100” todos los años, pero menos de la mitad
de los hombres lo consigue. ¿Por qué?

“Un movimiento incesante hacia delante”, afirma Cameron que, a pesar de
su sonrisa de cine, sus pecas y su melena rubia, resulta ser Lisa Smith-Batchen,
de 45 años, legendaria corredora extrema que forma parte de
nuestro equipo de instructores. “Piensa en esa colina. Apuesto a que el
instinto te impulsa a atravesarla de un tirón. ¿A que sí?”
Bueno, pues sí. Y me alegro de que saque el tema porque, francamente,
estoy un poco decepcionado. En cuanto hemos empezado a respirar más
fuerte, nos ha indicado que caminemos en vez de correr. Incluso a los ojos
de un aficionadillo como yo, parece algo un poco cagueta. Pero cuando
empezamos la segunda ascensión, la maestría técnica de Smith-Batchen se
hace evidente. Cuando camina, va subiendo a un ritmo suave y tan técnico
como el de un patinador de velocidad. Tiene la pelvis adelantada; respira
siguiendo un ritmo de espiraciones desde el vientre; balancea las manos
como pistones, de la cadera hacia atrás y vuelta.
Cuando reduzco la marcha e imito su técnica me sorprendo al observar que
estoy avanzando tan rápido como si estuviera corriendo, pero con un
esfuerzo mucho menor. En lo más alto de la colina puedo volver a
emprender la carrera sin tener que apoyar las manos en las rodillas para
recuperar el aliento.
“El error que cometen muchos hombres es machacarse demasiado –o unos
a otros–, para luego caer fulminados”, explica Smith-Batchen. Se creen que
eso les da un aire más duro pero, en realidad, puede delatar falta de
confianza. Si tienes fe en tu preparación, no necesitas demostrarlo en cada
subida. De modo inconsciente, hay hombres que quizá preparan una excusa
por si no llegan a la meta. Los que hacen esfuerzos supremos y luego
abandonan pueden acabar perdiéndose entrenamientos a causa de alguna
tendinitis, o encuentran disculpas para retirarse antes de que las cosas se
pongan difíciles.
“El verdadero reto de una mujer es la superación personal”, dice. Mientras,
pienso en las muchas veces que me he retirado avergonzado de partidos de
baloncesto, carreras a campo través o circuitos de pesas, normalmente
porque mis pelotas se ponen a firmar cheques que mis músculos no pueden
hacer efectivos.


“Antes de empezar una carrera, pienso: ‘muy bien, ¿dónde tengo el pene?’”.
Ray Zahab no es un obseso del sexo, como podría desprenderse de la
pregunta. Tiene 33 años y ya ha ganado en categoría individual la “Arctic
Yukon Ultra”; también, por equipos, se llevó la “Jungle Marathon”, de 192
kilómetros; mientras obtuvo un meritorio tercer puesto en la “Trans 333”,
carrera de 320 kilómetros sin paradas a través del desierto del Teneré, en
Níger. Ahora está demostrando que unos pequeños cambios posturales
pueden tener un efecto sorprendente a largo plazo en la velocidad y la
resistencia.
Según Zahab, la clave son los músculos que soportan el tronco. La mayoría
adquiere el vicio de dar largas zancadas cuando pretende ir rápido, y baja la
cabeza cuando el cansancio hace mella. Puede que sea algo natural, pero,
en realidad, lo que uno consigue es oponer resistencia a su propio cuerpo.
Cuando te agachas, vuelcas el peso hacia abajo en vez de echarlo adelante.
Si das zancadas largas y aterrizas sobre los talones, en realidad estás
propulsando el peso hacia atrás.
En lugar de eso, mantén los hombros en línea con la cadera e impúlsate al
lanzar el pie atrás en vez de alargar la zancada. Para acelerar, echa el
cuerpo adelante desde los tobillos en lugar de doblarte por la cintura;
crearás una caída suave y controlada en vez de tirones que te sobrecarguen
los músculos.
Deberías aplicar esta técnica siempre: al correr, al pedalear en bicicleta o al
moverte por la pista de baloncesto. Además de moverte más rápido con
menor esfuerzo, protegerás las piernas al apoyar el peso sobre la parte
central de los pies, más fuerte y protegida por el arco, evitando caer sobre
los sensibles nervios de los talones o encima de los frágiles tendones de los
dedos de los pies.

► ...Pero guarda la compostura

Zahab tiene dos métodos para conservar la posición correcta. En primer
lugar está la prueba “digital”, que efectúa justo antes de empezar a correr:
si puede levantar los dedos de los pies sin caerse hacia atrás, es que está
equilibrado. La segunda prueba es la del pene, que diagnostica durante la
carrera si tiene la cadera lo suficientemente adelantada. Cuando siente que
descuida la biomecánica, Zahab echa una mirada a su apéndice para
asegurarse de que la pelvis no se queda atrás. “Si está ahí delante, vas
bien”.
Cuando sigo sus consejos, noto que, por primera vez en semanas, los
tendones de Aquiles no me duelen. He corrido muchos kilómetros y
ascendido muchas cuestas en bici para prepararme, lo cual no ha sido muy
inteligente: al llegar tenía las pantorrillas fatigadas y con agujetas. El alivio
que siento cuando estiro completamente la columna vertebral es tan bestia
que enseguida uso la prueba del pene de Zahab para adoptar un
recordatorio mental: “¡¡Si cojeas, estira!!”
Mientras tanto, observo sorprendido a otros dos tipos poniéndola en
práctica con la misma atención. Uno de ellos es Jim Simone, ex soldado de
asalto reconvertido en corredor extremo. A su lado está Marsall Ulrich,
también conocido como “Toenail Ripper” –alias “Arrancauñas”–. En el
documental “Corriendo por el sol”, Ulrich es el tipo que aparece frente a
cámara explicando por qué las uñas de los pies no eran más que un lastre y
decidió extirpárselas.
Ver que estos dos auténticos chiflados siguen el consejo de Zahab sin
rechistar es todo lo que necesito para convencerme; si su técnica aún
precisa retoques, a mí me queda mucho por delante.

►Créate tu propio infierno

El tercer día estudiamos el caso de Frank McKinney. McKinney era un
magnate de la propiedad inmobiliaria de 41 años que nunca había corrido
una maratón y que vivía en la primavera eterna de Delray Beach (Florida),
a casi 200 kilómetros de la cuesta más próxima. Y en seis meses iba a
correr cinco maratones por el Death Valley, para rematar la temporada con
una ascensión de casi 3.000 metros de altura al monte Whitney.
Así las cosas, ¿cómo iba a aprender a subir montañas si no tenía pendientes
que ascender? Muy fácil: como no podía ponerse la resistencia enfrente, se
la puso atrás. Ató el extremo de una cuerda a la rueda de un todoterreno, el
otro a un cinturón de entreno y empezó a correr arrastrándola. También se
creó su simulador del Death Valley.
Metió una máquina de cinta sin fin en una habitación libre y la rodeó de
lámparas de calor, de un calentador de aire, un deshumidificador y unos
ventiladores enormes para reproducir los terribles vientos del lugar (los
ventiladores quedaron bastante maltrechos cuando su mujer intentó
reproducir una tormenta del desierto echándoles arena).
El plan funcionó. En seis meses, McKinney cambió y pasó de ser un tenista
dominguero a un miembro del distinguido grupo de los que acaban la
“Badwater”.
“Es sorprendente lo mucho que puedes adaptarte al entorno si te centras en
los conceptos básicos que debe aprender tu cuerpo – observa Smith-
Batchen–. Piensa en la bicicleta de montaña o en las carreras a campo
través: además del puro acondicionamiento físico, la habilidad esencial es
tener rapidez en manos y pies. La comba es un buen medio para conseguir
eso”.

►Cuatro meses más tarde
Apenas me reconozco de cintura para abajo. Literalmente, soy otro hombre
distinto. Ahora, por ejemplo, puedo correr más tiempo y mayores distancias
que nunca, pero el impacto es prácticamente igual o inf erior a cero.
“Inexistente”, sería la palabra. No hace tanto, solía pensar que la maratón
era una gran cosa; ahora corro una cada mes, y aún me sobra energía para
ponerme a reparar mi vieja BMW o a jugar con los chavales (una
experiencia ultramaratoniana, por cierto).
Lo más extraño del tema, es que este aumento de la carga de trabajo no
me ha provocado ni una mísera lesión, y que ya no me acuerdo de las que
arrastraba con anterioridad. Todos aquellos incómodos problemas de pies y
de tendones de Aquiles que me habían agobiado durante años han
desaparecido como por arte de magia. Cada vez que siento el menor
pinchazo en las pantorrillas o los isquiotibiales pienso en Ray Zahab,
compruebo la posición de mi “paquete” y la corrijo. Os puedo asegurar que
se trata de un remedio casi infalible...
Por supuesto, no me he pasado al bando de los “freaks” extremos. Por este
motivo, no me encontraréis atravesando el Death Valley en julio, ni
hundiéndome en un mar de arena como un vulgar escarabajo, ni
compitiendo con un antiguo miembro de las tropas de asalto por ser el
primero en atravesar un pantano de Georgia. Pero hay una carrera de 80
kilómetros en México que me está tentando...
Fuente Menshealth
Todas las fotos son de Carlos Ultrarun

27 jul 2011

Hervé Barmasse .On the way to Mont Blanc


Hervé Barmasse | Exploring the Alps # 2 | On the way to Mont Blanc from STORY.teller on Vimeo.


Después de abrir una nueva ruta, en solitario, en la cara sur-este del Matterhorn, el alpinista italiano Hervé Barmasse se prepara para la segunda etapade su proyecto 'Exploring the Alps'.
Esta vez, junto con sus amigos Iker y Eneko Pou, explorarán el Mont Blanc, la cuna del alpinismo.
Mientras se preparan para su nueva aventura, la gente de la zona de Hervé hablan de él, del Matterhorn y lo que el alpinismo significa para ellos.
Video cortesía: The North Face
Fuente Campo Base

26 jul 2011

El Parque Nacional de Picos de Europa pierde visitantes

El Parque Nacional de los Picos de Europa pierde visitantes progresivamente. El pasado año “sólo” recibió 1,6 millones de visitantes. Su “techo” histórico se sitúa en 2,2 millones alcanzado en el año 2004. No obstante, Picos de Europa sigue siendo el segundo parque nacional más visitado por detrás del parque del Teide.

Por sectores, Asturias sigue siendo la “entrada” más popular, sumando 927.355 visitantes, es decir, un 57 por ciento del total. El acceso cántabro por Fuente Dé registró 564.132 visitantes; mientras que el valle de Valdeón, el acceso al Parque Nacional por la parte leonesa, sólo fue empleado por 118.855 personas.
Para Esperanza Martínez Puebla, directora de turno del Parque Nacional, el descenso no es preocupante para el propio espacio protegido aunque reconoce que sí tiene efectos en la economía de los pueblos. "Segumos teniendo mucha gente –señala Esperanza Martínez–. Al Parque le interesa que venga gente, pero nos gustaría que se repartieran a lo largo del año, porque queremos que las visitas sean de calidad, que la gente se vaya satisfecha y regrese. Los parques nacionales no competimos entre nosotros para captar visitantes".

Además, según los datos que maneja el Parque Nacional, se espera una buena temporada porque con la crisis, los españoles han salido menos al extranjero y buscan destinos en el interior del país. De hecho, según nos informaba la directora, en los primeros cuatro meses del año 2011 se ha observado un incremento de un 8 por ciento con respecto a los mismos meses del año pasado.
En la actualidad existen en España 1.720 espacios naturales Protegidos, con una superficie de 6,4 millones de hectáreas terrestres y 266.000 hectáreas marinas. Catorce de estos espacios naturales son Parques Nacionales, que ocupan una extensión total de 347.301 hectáreas. Estos catorce parques nacionales recibieron en el 2010 un total de diez millones de visitantes.
Desnivel

25 jul 2011

Resistencia Astur. Nembra


Por segundo año consecutivo, acudimos a esta III Resistencia del Reino Astur. El ambiente en las calles de este pueblo, ya a las 7:00 de la mañana, era estupendo. Llegan los corredores, la mayoría conocidos, saludos, risas, retirada de dorsales y un café en el bar del pueblo para despejar.
El objetivo es hacer la carrera con calma y tranquilamente, sin agobios.
Puntualmente se da la salida.

La carrera transcurre al principio en un sube baja, por un camino en entorno boscoso. Bastante humedad que hace sudar copiosamente. Las recientes lluvias ayudan a hacer el piso resbaladizo, por lo que hay que ir con cuidado. Estamos en la zona del Cochaín. Enseguida salimos del bosquecillo y entramos en un paseo paralelo a la carretera hasta La Maravilla, donde nos desviamos y comenzamos una fuerte subida por un antiguo plano inclinado de las minas. Llegamos al primer avituallamiento, Llano estremero, y tras unas almendras y algo de agua seguimos subiendo hasta el siguiente control, Quéndanu. Tenemos al frente el pico Pedro García al que subimos por unas rozas en el monte. Aquí me despido de Pepe y alcanzo a Paco y a Alwerto que van unos cientos de metros por delante. Con ellos corono el pico e iniciamos la bajada a La Veguechina. En el descenso me ganan unos metros pero ya en el Mayéu Busiyán los alcanzo. Coronamos La Boya y Curriechos juntos, así como todo el larguísimo descenso hasta La Escrita, entre piedras, barro y agua.
Estamos muy enteros, aunque Paco se aplica Réflex en una pierna. Comenzamos la última gran ascensión de la carrera hasta el repetidor, muy dura por la acumulación de kilómetros.
Reponemos fuerzas y continuamos. A partir de este momento yo no voy bien, y cada vez me cuesta más seguir a Alwerto y a Paco que regularmente esperan por mi. Me zampo un gel cortesía de Alwerto, y a trancas y barrancas les sigo hasta Llana fernando, el último avituallamiento donde le digo que sigan, que no esperen, ya que empiezo a notar calambres.
Parece que seguir más despacio, a mi ritmo, me viene bien. Poco a poco me recupero y empiezo a sacar ventaja de un "perseguidor" de xente Correndera que viene pisándome los talones. Coronando el Pico Moros veo otro corredor por delante al que decido alcanzar. Ahora, no sé si por efectos del ritmo más adecuado o por el gel, me encuentro mejor. Voy tomando ritmo y alcanzo al compañero en el Cabañón. No tengo intención de adelantarle, pero en la cuesta al cementerio va "fundido", y ante la posibilidad de que nos adelante otro corredor, apuro el paso, subo corriendo la cuesta para finalmente llegar a meta.
Carrera muy, pero que muy bien marcada, muy bien organizada, salvo un pequeño problema en la comida,y un recorrido guapísimo, duro y muy "potente".
La carrera en el Wiki:
-Me faltan los últimos 1800 metros, pq se me acabó la pila del gps...-

Fotos del Picasa. 

21 jul 2011

Cita

“La vida es demasiado corta como para no hacer lo que te de la gana.”

 visto en loverlystef

18 jul 2011

Gr 109. Etapas 5 y 6

Desde Cangas de Onís a Villamayor
Esta 5ª etapa sale de Cangas, de la ermita o capilla de la Santa Cruz, supuestamente construída por el rey Favila en el 737. En dirección al Contraquil, giramos a la izquierda hasta llegar al río, donde tomamos una senda por su margen derecha hasta Villanueva. Aquí cruzamos el río por un puente y la carretera general, la 621. Antes de la rotonda tomamos una carretera ascendente que desemboca en una buena pista que nos lleva al pueblo de San José. Asfalto hasta una desviación que nos lleva al Romillín. De nuevo senda hasta Romillo.
El próximo núcleo es Vibañu que atravesaremos para llegar al Collau. Continuamos por sendas bien conservadas algunas veces hormigonadas en sus tramos más pendientes y a menudo en bosquetes que hacen el discurrir muy placentero. Antes de Soto de Dueñas pasamos al lado de una piscifactoría abandonada, cruzamos la carretera y continuamos por la pista casi al frente de la que veníamos. Más o menos estamos a la altura de Soto de Dueñas y nustro próximo destino es Villar de Huergo. Desde éste por asfalto, pasamos por Sevares, la Piñera, Moñes y El Caleru, donde tomamos un camino estrecho que después de una fuerte pendiente nos deja en Carua, a pocos metros de Villamayor.
Villamayor a Espinaredo.

En Villamayor tenemos un gran cartel que nos describe la ruta. Podemos descansar, comer algo y repostar agua en una fuente que existe unos metros mas allá de la plaza. Ahora vamos llaneando por una pista que desemboca en una carretera hasta Melardi donde nos desviaremos a la izquierda y ascendiendo hasta el final del pueblo tomamos una pista que nos lleva a El Valle. desde aquí descendemos atravesando el pueblo, cuidando no perder las indicaciones. Cruzamos un puente y empezamos de nuevo la ascensión hasta Cardes, donde nos volvemos a desviar a la izquierda.
Comenzamos a subir por la sierra de Les Bedules, por una pista a ratos muy empinada. Alguna fuente abrevadero nos puede aliviar la sed. El en collado, al lado de unas cabañas giraremos a la derecha por una pista que en toboganes y durante unos dos kilómetros nos acerca al Collado La Tayada desde donde empieza un fuerte descenso hasta Porciles y después, por carretera a Espinaredo.
Distancia: 38,00 Kmts
Tiempo: 4:30 hrs
Desnivel acumulado: 1250 mts
Asfalto: 45%
Pista: 50%
Camino: 5%
Corrible: 100%


La ruta en el Wiki:

13 jul 2011

Gr 109. Etapa 13

Campomanes-Alto Cobertoria
Esta es seguramente una de las etapas individuales más duras del Gr 109. A la distancia de 22 kmts, hay que sumarle un buen desnivel de subida: más de 1300 metros.

Salgo desde el pieblo de Campomanes por la carretera a Sotiello, donde tomamos un desvío a Zureda. Toda esta zona está actualmente muy degradada por las obras de la variante del Pajares, pero pronto dejamos atrás las vias, puentes y desmontes para subir por la carretera hasta el núcleo de Zureda, el cual pasamos de refilón por un lado y desviarnos, también por asfalto hacia el idílico y apartado pueblo de Valle.
Acaba la carretera y comienza una ancha pista que va tomando altura poco a poco, sin apenas descanso, entre hayas que tapizan el cielo. Sólo algunos pájaros se dejan oir. El silencio es total, y la calma, sólo rota por mis jadeos, parece de cuento.
 Sigo por la pista ascendiendo, ahora con menos pendiente, hasta llegar al Mayeu Fidiechu. En una pronunciada curva a la derecha vemos el valle del Huerna, con el autopista que la cercena y la Mesa y la Tesa, hoy cubiertas de nubes bajas. Seguimos adelante hasta la Campa las Gallinas, donde cambiamos de cuenca pero no de sublimes vistas, con las Ubiñas y Peña Rueda reinando en el paisaje, Lindes más abajo y el hayedo de la Vallinosa. Una fotografía panorámica a un lado de la pista nos detalla todos estos accidentes.
Me cruzo con un todoterreno y tres perros, todo signo de vida en muchos kilómetros a la redonda.
La pista continúa ahora en pequeños toboganes hasta llegar a la intersección con el Pr-59 y la pista que en su día me llevó a Brañavalera. Continúo unos tres kilómetros más, atravesando el hayedo del Mofosu, hasta un desvío señalizado hacia la carretera.
Particularmente pienso que la ruta debería seguir al frente, por encima del Pr-59, por prados y cómodos caminos, mucho más entretenido, pero en cambio bajamos a la carretera, para posteriormente subir de nuevo al alto de la Cobertoria tras unos cuatro kmts de asfalto.
Por las etapas que voy haciendo de este Gr, saco unas conclusiónes: Su casi nulo valor montañero, escaso valor senderista por la abundancia de tramos asfaltados, interesante para bicicletas de montaña y estupendos para correr el la naturaleza.
Distancia: 24,00 Kmts
Tiempo: 2:20 hrs
Desnivel acumulado: 1250 mts
Asfalto: 25%
Pista: 75%
Camino: 0%
Corrible: 100%

La ruta en el Wiki:

12 jul 2011

11 jul 2011

Gr 109. Etapas 2 y 3

Entre Alles y Benia de Onís.
Inicio de nuevo el camino donde lo dejé la semana pasada. Hoy haré dos etapas que me llevarán a Benia de Onís.
Salgo del bonito pueblo de Alles por la parte superior, al lado de la capilla de San Pedro de Plecín. Enseguida entro en una senda por un bosque que poco a poco se estrecha para luego descender en zig-zag hasta el río Sedo, que debo cruzar y subir a la carretera AS-345, por la que discurre mi entrenamiento durante poco más de un kilómetro, hasta un puente, después del cual una senda ancha de zahorra y transitada por pescadores se convierte en mi camino. Asciende suavemente. Debemos estar atentos a unas marcas muy desgastadas y apenas visibles. Debemos cruzar el río Jano y continuar con mucho tiento hacia la derecha. Las marcas son escasas y el camino, que en su día debió ser importante a tenor de un puente de piedra que debemos cruzar, está casi perdido.
Atención !! Llegamos a unas cabañas donde debemos girar a la izquierda para comenzar un fuerte ascenso hasta Rozagas. Si nos pasamos de las cabañas derruidas llegaremos a un puente de troncos destartalados.
 En Rozagas iniciamos unos kilómetros por carretera, concretamente cinco, por la AS-345, hasta pasar el pueblo de Arangas. Una senda a la izquierda de la carretera nos indica la dirección de Carreña. Vamos poco a poco subiendo hasta Pandellamas. Atentos siempre a las señales bajamos por terreno abrupto hasta una portilla que dejaremos a la izquierda, y seguiremos hasta unas cabañas. Ojo, no hay que llegar a ellas. El sendero gira a la izquierda, saltamos un muro y bajamos a la vera de este hasta un pequeño puente que debemos cruzar. Sigamos las marcas, ahora por terreno de helechos, bosquetes, bastante caótico. Pasamos por una cabaña que debemos dejar abajo, circulando cerca del un muro de buena piedra. Acabaremos el ascenso en Pandejanas, desde donde debemos bajar ya por pista, hasta un cruce indicando dos destinos: Carreña o Benia de Onís.
Yo tomaré este último, que comienza a ascender hasta un conjunto etnográfico llamado el Llano Molín. Prosegimos por buen piso y en constantes toboganes hasta Asiego. Proseguimos por amplia pista, a veces muy pendiente hasta llegar a la Cruz de Raos, donde un panel nos da cuenta de la importancia que antaño tuvo el lugar. Pista adelante hasta ver a nuestra izquierda las instalaciones de las canteras de Ortiguero. Debemos llegar hasta la carretera general y cruzándola tomar un camino de grava que sube en fuerte pendiente. Pasamos por el pueblo de La Salce, con abundantes casas de turismo rural y en la parte superior del pueblo volvemos a tomar una pista. Enseguida divisaremos el castillete de la Mina Alda. Podemos desviarnos un poco para verlo más de cerca.
Proseguimos por pista hasta que un indicador nos desvía al monte. Ahora muy marcado, el camino transcurre entre helechales, prados y zonas calcáreas que hacen dificil el correr por aquí. Sin posibilidad de pérdida llegamos a una pista que nos conducirá cómodamente hasta el camping de Avín. Salgo a la carretera general y me meto en el pueblo de Avín, que debo cruzar para ya después de un kilómetro llegar a Benia de Onís.
La Ruta en el Wiki:


Distancia total: 34,00 kilómetros
Tiempo empleado: 4:40 minutos
Ascenso: 1.400 metros
Asfalto: 25%
Pista: 50%
Camino: 25%

Corrible: 80%

6 jul 2011

Correr o morir

Kilian Jornet, cuatro veces campeón del mundo de skyrunning, presentará este próximo lunes 11 julio, a partir de las 20.00 horas, en el Fórum FNAC Callao de Madrid su libro 'Correr o morir', una especie de diario y en el que explica su filosofía de vida.
   Editado por 'Now Books', el libro repasa la trayectoria de Kilian Jornet, que ha subido subido y bajado el Kilimanjaro más rápido que nedie y ha fulminado todos los récords mundiales en cada reto que se ha propuesto: la Ultra-Trail del Mont-Blanc, la Transpirenaica o la vuelta al lago Tahoe.
   Jornet es cuatro veces campeón mundial de skyrunning y bicampeón mundial del UTMB (Ultra-Trail del Mont-Blanc, 2008 y 2009) entre otros hitos, tanto en carreras de montaña como en esquí de montaña.
Europapress

4 jul 2011

Gr-109. Etapa 1

Entre Panes y Alles.
MARRM

Empiezo a superar los crudos acontecimientos pasados con un corto entrenamiento, apenas 18,00 kmts, para volver a la rutina. Elijo la 1ª etapa del Gr-109, entre Panes y Alles, puerta del Cuera.
Comienza la etapa en el aparcamiento "El Tilo", en Panes, siguiendo la recién construída senda fluvial. Un pequeño parque botánico adorna el canal. En un kilómetro accedemos a la carretera general, la N 621 por la que hay que circular con cuidado por el gran tráfico que por ella circula en esta época de vacaciones.

Vemos a nuestra izquierda el puente de Lles, sobre el Deva, el cual cruzamos y ascendemos por carretera hasta Robriguero, donde nos desviamos para, por fin tomar una pista que asciende por detrás del pueblo. Vamos ascendiendo por un bonito entorno, bordeando la pica Peñamellera, de singular estampa, hasta unas cuadras. Más o menos estoy en el Kmt 10, en el collado de la Serna. Comienzo a bajar de nuevo hacia el río, hacia el pueblo de Mier, donde debo desviarme a la derecha, entre las casas, por una senda muy bien marcada.
Hay que estar atento, pues en una curva muy marcada a la izquierda, debemos seguir al frente, por una senda de pescadores que nos llevará a la pasarela colgante de Niserias.
Cruzamos ésta y seguimos por carretera en dirección a Alles. Pronto tomamos un desvío hacia Besnes. Al principio por un camino incómodo, empedrado, que se transforma en tierra nada más pasar el pueblo.
Poco a poco llegamos a Alles, hermoso pueblo, lleno de casonas singulares y una magnífica iglesia.
Distancia: 18,00 Kmts

Tiempo: 2:00 hrs

Desnivel acumulado: 1.000 mts
Asfalto: 45%
Pista: 45%
Camino: 10%

Corrible: 95%
La ruta en el Wiki:

2 jul 2011

Ramón


Volviste a ser el primero. Injustamente. Demasiado pronto. No estábamos preparados para esta carrera y tú nos diste una lección de entereza. Sabías ganar, y también perder.
Me sobran ya los recuerdos de las quedadas, de las carreras, de aquellos Aquilianos y de la “Subida al Naranco” en la que me hiciste de “liebre".
 Me faltan aún mil carreras, cientos de comidas y decenas de cervezas que ya no tomaremos. Y esas conversaciones siempre enriquecedoras, los objetivos que nos motivaban mes tras mes, los consejos que siempre eran bienvenidos y aquellos planes de entrenos que siempre llevabas en la mochila.
Ya me sobra, Ramón, la ilusión con la que esperaba aquellos sábados  cuando organizaste el equipo, sumando semana a semana compañeros al grupo.
Me faltan las palabras que no surgen para expresar unos sentimientos que no reconozco.
Ahora me falta, Ramón, el compañero de las marcas, de las risas y de los buenos momentos.
Volveremos a encontrarnos cada vez que corra por el Naranco, por los caminos que tú nos descubriste, en las fuentes en que bebíamos y en el barro que pisábamos cuando entrenábamos en invierno.
Volveremos a encontrarnos algún día, quizás, para correr y no parar, en un lugar donde no existen las distancias, ni las lesiones, ni los dolores.
Voveremos a encontrarnos Ramón.

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