Regato en el bosque de Peloño |
Es la segunda vez que hago este pico, anteriormente hace ya un montón de años con el grupo de montaña, el tiempo era tan malo que ni me enteré por dónde iba. Tenía la espina clavada y esta vez tuvimos ocasión de acercarnos y tacharla de la lista.
Se acaba el otoño y las primeras nevadas aparecieron esta semana. Aún no hace el frío suficiente para que se mantenga pero ya es inevitable la mochila grande, ropa de abrigo y las polainas.
Salimos de Les Bedules, donde hay un aparcamiento habilitado y una recién construida pasarela para discapacitados. Podemos cargar agua en una fuente allí cerca. Seguimos por una pista ancha y muy cómoda que forma parte del Pr-AS 18, Ruta de la Foz de los Andamios.
Aunque existe un camino que evita la pista y nos lleva directamente a Las Llampes, por la ignorancia y por el puro desconocimiento del que solemos hacer gala, tomamos el camino más largo, que no el más duro. Así bordeamos el Prau Toro por el O hasta ganar, siempre por pista, la majada de Les Llampes (1.300 m) con varias cabañas en ruinas. Se empieza a levantar viento y a refrescar el día. Frente a nosotros las nubes amenazan.
Les Llampes |
Collado Pumerín |
Estamos en la base del picu Lluengo y aquí la senda ya se libera del bosque, pudiendo observar el Collado el Zorru. Se puede subir por la ladera del Pico Luengo hasta la Collada les Cabres y la después a la cumbre, aunque más cómodo es seguir un poco más al S hasta traspasar la Cuenye del Espolón Luengu, tramo labrado en la roca, por donde aparecemos en la base del Valle Antiguo. Este camino también nos llevaría a la sierra del Torbenu (Peña Subes y Sen de los Mulos).
Manolo en apuros... |
El tiempo se vuelve desapacible. No vemos apenas nada del paisaje que se dice se ve desde aquí. Del libro de Lorenzo Sánchez Vázquez, Recorriendo las montañas de Asturias, me permito sacar la descripción que nosotros no alcanzamos ni siquiera a imaginar:
Las vistas panorámicas desde la cima impreslonan más que las que se muestran en las fotos. AI sur está Pileñes y detrás, casi confundiéndose con ella Peña Ten. A su derecha veremos el valle la ermita y el caserío de Ventaniella. cerca del puerto del mismo nombre, y, por detrás las grandes montañas leonesas de la Sierra del Mampodre. A continuación. los picos Abedulan, Montoviu.Remelende y Nongayo próximos al puerto de Tarna, seguidos por otras montañas menos conocidas de la cordillera, y. por detrás. cerrando el horizonte. el pico Ausente y el circo de Cebolledo en el puerto de San Isidro. Distinguiremos con claridad los picos Agujas y separado el Toneo. Al oeste se encuentra la gran montaña del Maciédome y, en la misma recta de visión, sobresaliendo por encima de su cresta meridional, encontraremos la Rapaína, la Peña del Viento, el pico Torres y, casi confundiéndose con el propio Maciédome, el Cantu del Oso y la Sierra de Pintacanales. Entre el Maciédome y el inconfundible Tiatordos se extiende la amplia collada de Pandellanza, que permite la vista del Pico de la Senda y el Cornlelles (La Carrasca) en el Parque Natural de Redes.A la derecha del Tiatordos está Peña Taranes y entre ambas pero más retrasada, la Llambria. justo delante de estas mon-
tañas. En el mismo valle del río Ponga se encuentra la localidad de Sobrefoz oculta en parte por otro monte cercano e impresionante, el Recuencu. A la derecha de este, cerrando las vistas, distinguimos el Maoño y eIVizcares.Al norte veremos Mota Cetín y el Pierzu. este último más cercano. Les siguen. hacia el noreste. el Carriá, Peña Salón y los Picos de Europa al este. con las cumbres más conocidas del macizo del Cornión
(Cotalba. Requexón. Torre Santa de Enol. Torre de Enmedio. Peña Santa y Cabra Blanca) y algunas del macizo Central. Por delante se encuentran Vadepinos y la Sierra de Baza. Al sureste, a nuestros pies. veremos el Bosque de Peroño ya al otro lado el Niajo y el Pozalón.
Muchísimo aire y niebla que empieza a bajar. No perdemos tiempo en la cumbre e iniciamos el descenso.
Manolo, en una de sus habituales poses de montañero |
Este camino se conocía como 'Senda de la Sal' (y del vino), pues por él se comercializaban los salazones y demás productos del Mar Cantábrico (de los que Ribadesella era base importante) intercambiándolos con los vinos y cereales leoneses. La vieja calzada unía la costa asturiana con tierras leonesas, desde Cangas de Onís hasta Lario , conservando aún pequeños tramos empedrados y contrafuertes o muros de contención en la zona de La Guaranga y Arcenorio. También hay muros en Les Bedules, Foz de Salgaréu, El Sedu, La Calzadina y Colláu Piedrafita, así como en la carretera junto a Vega Sebarga y Santoveña. Esta vía romana era complementaria de la que cruzaba Ventaniella y podrían unirse en Biforcadera junto a la majada de Les Llampes.
En agradable ascenso y siempre perseguidos por la previsible tormenta, llegamos a la collada Granceno. A partir de este momento vamos encontrándonos con excursionistas varios, niños, familias, que acertadamente deciden pasar un sábado en la naturaleza. Como dije los colores ya no son tan espectaculares como hace unas semanas, pero el paisaje sigue siendo soberbio.La ruta en el Wikiloc:
Más o menos, fueron unos:
18,50 kilómetros
1.100 metros de desnivel acumulado
5:20 horas de marcha
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