29 abr 2009

430 Cimas.

Castilla y León no tiene nada que envidiar a los lugares tradicionales de montaña de España. Extensa en kilómetros, una amplia llanura domina el centro, pero la comunidad está rodeada en los cuatro puntos cardinales por montañas de gran envergadura. Al norte los Picos de Europa, al sur, las Sierras de Gredos y Guadarrama, al oeste los Montes de León y de Zamora y al este, la Sierra de la Demanda y el Moncayo.
Eloy Santín y Nacho Sáez, dos amigos y montañeros castellanoleoneses, conscientes de todo lo que su tierra ofrece, decidieron emprender, hace dos años, un proyecto común con un objetivo: ascender todas las cimas de Castilla y León que superen los dos mil metros. Sin prisa, pero sin pausa.

Tanto Eloy como Nacho ya tienen mucha montaña a su espalda y habían hecho mucha juntos desde que se conocieron hace 15 años. En tanto tiempo, muchos lugares recorridos pero siempre limitados por una única cosa: la distancia. Uno, natural de Valladolid, el otro, de Ponferrada. La opción que les quedaba a estos montañeros era juntarse a mitad de camino, hasta que hace unos años, decidieron poner fin a su limitación y no quedarse siempre en las mismas zonas porque, Castilla y León tiene mucho por conocer.

Además, Eloy, que empezó a escalar con 14 años escalando y ahora tiene 59, afirma que conforme ha ido pasando el tiempo, su criterio ha cambiado: “la escalada es una especialidad, mientras que la montaña es una filosofía”. Esto sucede cuando te das cuenta de que existen montañas que no tienen dificultad para escalarlas pero que igualmente son bonitas y merece la pena hacerlas.

La aventura está en casa
El proyecto surgió de los dos ya que no necesitaban salir fuera de su tierra porque, como señala Nacho, “la aventura también está en casa, no hace falta irse lejos”. El territorio de Castilla y León tiene muchas montañas de todas características, más y menos difíciles y es asequible para todos. Eloy dice que vieron que sería interesante subir las montañas más importantes de Castilla y León y, aunque algunas ya las habían subido, “tomamos la decisión de hacerlo”. Lo único que tuvieron claro desde el principio era que tenían que hacer todos los dos miles juntos aunque eso implicase repetir alguna cima, como el caso de la Peña Santa por la vía sur, cumbre a la que ascendieron hace cuatro años, antes de empezar el proyecto, así que, había que volver a subirla.

Nacho asegura que el primer gran reto al que se enfrentaron fue catalogar las cimas que iban a ascender. Cuando empezaron a documentarse descubrieron que había muchas montañas que pasaban de los dos mil metros. En la Sierra de Gredos hay miles de collados de esa altura, casi todas las agujas de los Galayos también los sobrepasan. Si acudían a la definición estricta de montaña tampoco les convencía mucho… Así que decidieron seguir su norma propia. “Elegimos las montañas que para nosotros tenían identidad porque eran importantes, pero también seguimos el criterio de conocer otras montañas que nunca habíamos pensado subir”, comenta Eloy. Unas aparecen en los mapas pero no tienen interés montañero, pero luego “hay otras bellísimas que no aparecen y sí que deberían estar”, añade el vallisoletano. Hay montañas abandonadas que por la simple razón de que están junto a otra más famosa ya nos olvidamos de ellas. Así que con este criterio, “nos salieron 430 montañas que comenzamos a subir en el 2007”, explican los dos amigos.

430 cimas
Más de 400 montañas son muchas y ambos los saben. Pero el tiempo no importa. Lo único que cuenta es la ilusión que les hace subir las más de 400 cumbres porque no se han fijado una fecha concreta para terminar. Puede ser en el 2010, en el 2012 o más tarde. “Lo vamos viendo sobre la marcha porque hay días en los que estamos 16 horas y nos hacemos 18 cumbres, otros en los que tenemos 4 horas y hacemos tres y a veces sólo podemos subir una porque el tiempo no nos da para más”, explica Eloy.

Cuando se lo plantearon, si que se veía como una locura por el número de picos y por la extensión en kilómetros de la comunidad, “muchos nos dijeron que estábamos locos”, recuerda Nacho, “pero como lo hacemos sin prisas ni agobios, lo llevamos muy bien, es un pretexto para recorrer toda la comunidad”, añade.

Sus familiares y amigos se lo han tomado muy bien, incluso, “alguno nos ha dicho cuando se enteró del proyecto ¿por qué no contasteis conmigo? Pero si ya es difícil ponerse de acuerdo dos personas, tres sería mucho más complejo”, explica el ponferradino. De todas formas, siempre hay sitio en las ascensiones para los amigos de Eloy y Nacho, ya que, aunque muchas veces suben solos también suelen ir acompañados.

Fuente Desnivel

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