Durante la mayor parte del año los fiordos de la Isla Baffin están cubierto con hielo, pero durante el verano se abre una pequeña ventana, cuando el hielo se derrite y la luz del sol brilla las 24 horas, convirtiéndose en el paraíso de los escaladores con grandes paredes de granito de gran altura y rodeados de una belleza escénica sobrecogedora.
El equipo de apoyo a cargo de la filmación debió realizar un trekking en extremo complicado y agotador de 5 días de duración, transportando 30 mochilas con el equipo necesario para la filmación y demás vituallas propias de una expedición.
Los escaladores debieron soportar 12 días de temperaturas bajo cero, en la cara sombreada 23 horas del día, en medio de severas condiciones climáticas que incluyeron tormentas de hielo. La pared vertical y lo liso de la textura de su roca sólo permitieron realizar en libre la primera mitad. El segundo tramo fue realizado en artificial, el tiempo apremia en esta zona, y la ventana de “buen tiempo” es muy breve.
El Monte Asgard recibe su nombre de la tradición de los dioses noruegos. Estos mismos dioses le dieron una tarea a estos escaladores. Después de una salvaje tormenta de hielo que dejó 4 cm. que dejó las cuerdas congeladas y atascadas, los llevó a hablar por vez primera sobre la retirada. Pero siguieron adelante, hasta llegar hasta la cumbre, donde fueron acompañados por un búho de nieve que sobrevoló sus cabezas. Mientras descendían y durante el último tramo de rapel los dioses les enviaron nuevamente una señal, una tormenta de nieve que dejó la pared cubierta con 10 cm. de nieve, y que dejó la pared en condiciones imposibles para escalar. Habían logrado el éxito en la ventana precisa.
Una vez en tierra firme, estaban todos exhaustos tanto física como mentalmente. Las manos de Houlding estaban completamente destrozadas, subir el cierre de su saco de dormir era una agonía. Sus raciones de alimentos estaban completamente congeladas. Afortunadamente les quedaba suficiente café y chocolate para afrontar los 50 Km. que quedaban para salir de allí. Debían cargar pesadas mochilas de 30 kg. Después de haber estado subiendo petates por la pared, ahora debían bajar cargando sus mochilas para llegar hasta el refugio del lago para finalmente abandonar el glaciar que los había cobijado durante un mes.
Tres días más de trekking, el cruce de un río torrentoso que fue salvado gracias a un boulder y ya estaban listos para salir finalmente, con un cargamento de dolor físico, pero felices por el tiempo que vivimos en la naturaleza salvaje de la Isla Baffin.
Visto en GotrekkingEco
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