11 jul 2009

Desértica Extrema de Belchite

Las carreras por el desierto están cada día más en boga. Siguiendo el modelo de la legendaria Maratón de las Arenas, que se celebra en el Sáhara, Aragón cuenta con su gran exponente en la Desértica Extrema de Belchite. Gracias al entusiasmo de Jesús Arroyo, el director técnico de esta prueba, ya se ha colocado en su sexta edición como única en su género. "Muchos aficionados que corren la Extrema Belchite se identifican con las pruebas que se desarrollan en el norte de Africa. Queremos atraer a estos corredores a los que les cuesta mucho dinero la inscripción en el Maraton des Sables", explica Arroyo.
Las carreras por el desierto tienen su personalidad propia. Es una modalidad de los deportes de aventura, que tiene ciertas semejanzas con las carreras por montaña y las pruebas de fondo del atletismo. El corredor tipo debe tener un buena resistencia, adaptarse bien a correr por los senderos y las pistas a altas temperaturas, saber llevar un ritmo adecuado y tener capacidad agonística para saber sufrir en los momentos críticos.
La Desértica Extrema de Belchite, que contó con 400 corredores, se desdobló en dos etapas. El sábado, sobre nueve kilómetros de Valmadrid a Valmadrid y el domingo de la Puebla de Albortón a Belchite. "En Valmadrid estábamos a 34 grados y el domingo en Belchite teníamos 33 grados cuando llegó el último atleta". Se impusieron el marroquí Anderrahim Chmaiti y Raquel Llamas.

Foz de Zafrané

La carrera transitó por lugares bellísimos como la Foz de Zafrané. "Es el Añisclo de la estepa. Es un hallazgo de la carrera y es impresionante". Arroyo afirma que la carrera tiene que ser un compendio de valores. "Aragón es un mundo de paisajes de montaña y de desiertos y estepas que nos hacen ser el escenario de carreras de aventura. El apoyo no lo tiene que tener tan sólo el Pirineo, sino otras zonas de desierto. Hay que dinamizar estos nuevos paisajes desconocidos. Es necesario mezclar en una carrera deporte, ocio, naturaleza, paisaje", explica.
La mayor parte de los competidores provienen de fuera de Aragón. "Eran un 62% foráneos. Tuvimos madrileños, valencianos, catalanes y este año teníamos un grupo de atletas de Eibar". Este inmenso territorio desértico tiene unas posibilidades infinitas para trazar recorridos de ensueño. "¡Hay tal cantidad de kilómetros para hacer una carrera épica! Por ejemplo, me gustaría llegar hasta la Salada del Burgo de Ebro". También le gustaría organizar una carrera en Los Monegros. "Puede ser la bomba y se podría hacer en septiembre del año 2010", explica Arroyo.
Joaquín Salvador fue el máximo exponente aragonés. Terminó las dos etapas en la cuarta posición. "Para mi fue más duro el recorrido del domingo. Tras cuatro kilómetros de cuestas, la prueba tenía grandes rectas sin cambios de ritmo y la cuestión era correr, correr y correr", afirma el atleta del Running. Le encantó sobre todo la Foz de Zafrané. "No me esperaba esas paredes. Es para regresar y contemplarlo con mayor tranquilidad", apunta el fondista.
Salvador es un corredor habituado al asfalto y las grandes rectas. Por eso no se adaptó demasiado bien al principio de la segunda etapa, por el quebrado recorrido de los montes próximos a La Puebla de Albortón. "Salí con los dos primeros, pero fui precavido y llegué a estar el séptimo. Al alcanzar el llano fui pasando a gente", apunta el atleta.
Salvador tuvo una particular lucha con su cabeza. "Desde el kilómetro 5 hasta meta fui sólo". Tiene unas recomendaciones para los que el año que viene se apunten a la carrera. "Es importante hidratarse los días previos. También correr más lento que en un medio maratón. En carrera hay que beber agua aunque no tengamos sed", explica esta atleta que prepara con José Luis Mareca el maratón de Zaragoza.
Fuente El periódico de Aragón

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