12 ene 2010

Después de la tormenta...

...Siempre llega la calma.
O nunca llueve que no escampe, o no hay mal que cien años dure...

Ayer lunes, día frío, con placas de hielo en el suelo, todo aún blanco. Son las 9:30 de la mañana y el termómetro digital me dice que afuera hay 2º. Brrr.
Me toca correr unos 10 kilómetros. Puedo elegir el itinerario, la hora, el modo y el momento: Aún estoy de vacaciones y tengo todo el día para mi. Después de pensármelo unos momentos me voy en coche al aparcamiento de los monumentos, y decido que voy a hacer una circular al Naranco.
Parto por la carretera de Ules, con mucho cuidado, con tiento para no resbalar sobre el hielo que a esta hora aún se acumula sobre el asfalto. La carretera es transitable, pero a mi manera de ver bastante peligrosa. Sólo por necesidad me aventuraría en coche sobre ella. A la izquierda resplandece el Aramo, cubiertas sus cimas más altas por nubes. Algún caballo pasta en las escasísimas islas de pasto que puedan quedar. No hay un alma. Es una gozada correr a esta hora y en estas circunstancias. No llevo mis inseparables cascos para oir Cadena Dial. Hoy no hace falta pues son muchos los estímulos que me entran por los ojos. Paso Ules y sigo en dirección a Brañes. Adelanto a tres personas que andando se dirigían a trabajar a una obra a El Llano y que prefirieron dejar el vehículo en zona segura. Voy entrando en calor cundo llego a El Boquerón de Brañes y me desvío hacia el periurbano. Pronunciada cuesta que se ha de tomar con calma por el hielo acumulado, que me obliga a apoyar las manos un par de veces en el suelo. Arriba tomo el camino hacia el pico La Peña para coronarlo y bajar hacia el collado Llinares. Tomo ahora de nuevo el periurbano y bajo hacia el desvío a Lladines y subir despacito por Los Llosicos y La Cama del Moru a El Pevidal. Sólo me encuentro un grupo de vacas que comen tranquilamente de un silo de paja que su dueño les ha proporcionado.
El ambiente está bastante limpio y la vista alcanza a ver Aboño y Gijón. Quiero ver también los Picos de Europa pero la calima no facilita la visión. Llego al Picu Paisano y sigo hacia el alto del Naranco.


Sólo me queda tomar la carretera y con mucho cuidado bajar hacia los monumentos y de ahí al coche.
Hice unos 13,00 kilómetros en 1:30 horas. Está claro que no voy a batir ningún record, pero correr entre nieve y carreteras heladas tiene su punto.





2 comentarios:

  1. Que fotos más guapas Harold... si en el fondo eres un artista con un corazón muy poético... ya lo vimos el sábado...

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  2. Pués si que son bonitas las fotos,claro que en esa tierra y con esos paisajes quien no se anima a sacar fotos?.
    Yo por ahí seguro que correria poco y fotografiaria más.
    Saludos.

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