15 jun 2010

Galen Rowel: Luces de montaña

Como en pocas profesiones o actividades, la montaña y fotografía permiten y requieren el conocimiento autodidacta para llegar a la perfección. En el caso de la fotografía, exige un elemento de intuición que no está en los libros, no hay un manual. Es ver lo que nadie más ve, salvo cuando queda detenido el cuadro de 35 mm.
Galen Rowell, logró esa perfección y empujó la búsqueda de lo que él llamaba el rango dinámico del paisaje.
El primer libro de Rowell que llegó a mis manos, Mountain Light, su más conocido y perfecto trabajo. Recorrer sus fotos detuvo el tiempo.
Galen partió, como la gran mayoría, primero atraído por la montaña a la edad de 10 años, para luego partir de manera autodidacta como fotógrafo de montaña y naturaleza. A los 16 se inicia en la escalada de grandes paredes. Es en este contexto que es
invitado por la revista National Geographic como fotógrafo asistente en un viaje a Yosemite. Al regreso, la revista considera que su trabajo se mantiene por sí solo, y deciden publicarlo de manera independiente del fotógrafo principal.

La aventura entonces nunca se detuvo. 40 expediciones a los siete continentes, siempre acompañado por su equipo Nikon. Trabajó con dos tipos de películas de diapos a lo largo de su carrera: la Kodachrome y la Velvia de Fuji. Su aporte técnico a la disciplina, buscar la manera de cómo extender el rango dinámico de la película. Finalmente, lo logró con la colaboración de Singh-Ray, quienes fabricaron filtros graduados de densidad neutra, los cuales ayudaron a mejorar el rango dinámico de la película, y que son utilizados hasta el día de hoy por los fotógrafos de naturaleza.
Pero que es hace que su trabajo sea distinto al resto. Todos podemos pararnos en la base de una bella montaña y disparar hermosas tomas. Pero para él, fotografiar la montaña exigía ser parte de ella. “El paisaje es parte de la aventura, y la aventura es parte del paisaje”. El entendía que debía ser participe de la aventura, para lograr las imágenes que nunca se habían disparado. Mostrar y develar lo secreto y guardado. Para ello siempre utilizó un equipo simple, que le permitiera movilidad, y se mantuvo en los 35 mm, evitando así el uso de los grandes formatos. “Describir una sucesión de arranques, paradas, embragues, cambios de marcha y giros no explica más un viaje de lo que una descripción de tipos de cámara, aperturas, enfoques, distancias focales y películas podrían explicar acerca de mis fotografías, o las de cualquier otra persona.” En sus trabajos, el tratamiento que le otorga a las cambiantes luces y formas que coinciden de una manera que nos puede parecer caótica e inusual; son en definitiva momentos únicos e irrepetibles, y de allí el nombre que les da de “paisajes dinámicos”.
Galen publicó 18 libros de fotografía de espacios abiertos. El año 1984 se le otorgó el prestigioso premio Ansel Adams, por su contribución al arte de la fotografía de naturaleza.
Su vida en la montaña incluye más de 100 primeros ascensos en la región de Sierra Nevada; primer ascenso por el día al Denali; primer ascenso por el día al Kilimanjaro; primer ascenso a las Torres Trango; primer ascenso al Cholatse (el menor de los grandes del Himalaya), y una larga lista que lo llevó a recorrer el mundo.


El 12 de Agosto del año 2002, y mientra venía en compañía de su mujer –también y fotógrafa-, de regreso de Alaska, fallecen en un accidente de avión. Su legado permanece hasta el día de hoy, y es lectura obligada de todos los fotógrafos de naturaleza. Su aporte más que grueso en lo técnico que puede llegar a ser fútil, entrega su óptica respecto del acercamiento que debemos tener para capturar y entender cómo manejar las luces, que por la rapidez con que aparecen y desaparecen, se tornan en una epifanía. Una vez que están capturadas en el fotograma, esa epifanía nos acompañará toda una vida. Visto en Andesnews

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